Sí, a los caballos les gusta que los monten. Disfrutan de la rutina y disfrutan de tener un trabajo, al igual que las personas. Pero, si nosotros, como sus jinetes y cuidadores, hacemos que sus trabajos sean miserables, ya no disfrutarán haciéndolos. De la misma manera que no disfrutarías de un trabajo en el que el jefe te tratara fatal.